Entrevista con mil ataris por segundo

Por: Los Junk Dealers

portadaAtaris

Junk Dealers: Primero que nada, si se quieren introducir.

Juan: Claro, yo soy Juan Diego, soy el primer atari, fundé la banda. El proyecto inició como un solo-project. Se supone que soy de Illinois y llegue a Venezuela y empecé a armar la banda en vivo.

Sebastián: Yo soy Sebastián Cova, yo creo que fui el último atari en entrar a la banda, desde principios de año. Soy guitarrista, y nada, fue muy curioso como entré porque yo estaba tripeando un live de ellos en Spotify y tres días después Juan pone que estaba buscando guitarrista. Yo así como, “¿en serio?” y nada dijo “dale, pues llégate al ensayo”. Fue muy loco pero super fino.

Orlando: Bueno yo soy Orlando y no sé si llamarme el segundo atari.

J: Sí, sí, definitivamente.

O: Como dijo Juan, empezó el proyecto como de él pero creo que yo fui, digamos, el primero en unirse haciendo más que todo los bajos, o sea, grabé algunos bajos. Empezó bastante informal, digamos que Juan quizás me mandaba algo que había grabado y me decía mira poné un bajo y tal, porque ya hemos compartido otro proyecto también de antes y teníamos esa confianza y esa conexión y esa manera de trabajar. Entonces, nada, se empezó a dar la cuestión de que yo los bajos los hacía, eso me ha mantenido desde que me uní básicamente haciendo algunos bajos, no todos, pero la gran mayoría. Si las canciones tienen un bajo es muy probable que lo haya grabado, que también Juan ha grabado unos por lo que yo entiendo, pero sí.

JD: Una de las primeras cosas que quiero abordar es una de las más aparentes, que es el estilo musical de la banda. Supongo que hay gente que lo puede meter dentro de esta nueva categoría de bedroom screamo. Se me hace interesante, siento que es como un género nuevo y que suele pasar que las cosas como que luego a Latinoamérica, en cuanto a estilos musicales, como que no llegan tan temprano. Se me hizo muy interesante ver una banda de ese estilo latina, ¿hubo algún proyecto que que que ayudará como a querer hacer como este estilo? ¿de dónde nació?

J: No, definitivamente, por lo menos nosotros tenemos amigos que acá en Venezuela habían hecho proyectos de midwest emo durante el 2016 al 2019, algo así, y por lo menos como que mi primer acercamiento al género fue a través del shoegaze, escuche bandas entre shoegaze y después bandas del emo, pero no creo que me involucre seriamente cuando trate de hacerlo, hasta que escuche las bandas de amigos y que yo me fui a Estados Unidos en el 2019, donde viví unos años y durante ese tiempo salió el EP de Your Arms Are My Cocoon, y en la adolescencia a mí me encantaba mucho Teen Suicide, que es como una banda así que sobre todo a la hora de grabar, la uso mucho de referencia, que es muy lo-fi y cuando llegue a escuchar YAAMC siempre pensaba que era dificil lograr plasmar la emoción de una banda emo o math rock por mi cuenta, que usualmente son bandas que tienen como un ensamble de cuatro personas, pero cuando escuché este proyecto me pareció cool que de alguna forma sí funcionaba la estética más etérea con los elementos más frenéticos del screamo y del math rock y es una mezcla que vi y pensé como “ah, bueno, cool”.

Y nada osea yo tuve una banda con Orlando durante ese tiempo llamada cats! and beloved pets en la que hacíamos como electrónica con tintes de math rock, más que de emo, diría yo, y no mucho tampoco, pero como que en un punto estuvimos inactivos unos meses y, no sé, estaba muy deprimido y como “bueno, voy a intentar abordar este género con mis propias manos, a ver qué tal un poquito de eso”. Pero bueno, salió en mi opinión decente como para que me estén preguntando.

ilustracionAtaris

JD: Definitivamente sí, y fuera de las influencias musicales, ¿han encontrado influencias en otras partes? Por ejemplo, ahorita se me está ocurriendo en Perros, que viene de este poema de Roberto Bolaño. ¿Hay algún otro par de influencias fuera de la música?

J: Sí, claro, por lo menos ese poema de Bolaño fue un poema que me recomendó un amigo cuando estaba allá en Estados Unidos y en un punto me sentí similar. Había muerto mi abuelo y en esa época solíamos ser muy cercanos. Estaba en un momento emotivo y cuando leí ese poema fue como sentirse reflejado en esa experiencia universal de emigrar a tu país, de crecer, de independizarte y de estar solo. De hecho, el título viene de un poema de un sujeto de acá de Venezuela, creo que se llama Victor Valera Mora, que es un poema larguísimo que se llama Masseratti 3 Litros y la última frase del poema es una cosa como “vuelo mis sesos estrellando mi masseratti 3 litros a toda potencia contra la pared”, que es una cosa así super gráfica y es como el 68’.

Yo siento que en Latinoamérica se tiene una crudeza muy particular a nivel literario y siento que eso casi no se explota en los géneros indie porque uno busca una estética más apegada a lo anglo, supongo. Por ejemplo, a la hora de escribir siento que la gente piensa más como “voy a usar esta referencia foránea”, en vez de referencias más locales y siento que por lo menos algo que que ha hecho que la gente se interese por el proyecto es como que a pesar de ser screamo y esto, tiene como una identidad como pues hispano hablante. Nunca fue mi intención sonar siempre a YAAMC, por ejemplo. Hay muchas bandas screamo por ejemplo en México hay una que me encanta el nombre que se llama Te Lloraría Un Puto Río, y luego en Argentina o históricamente hablando en Chile también hay mucho emo increíble y creo que hay que hablar desde nuestra perspectiva y no solo pensar como en Cap'n Jazz o American Football.

JD: Es gracioso, en cuanto a Te Lloraría Un Puto Río, he hablado con él baterista sobre esto, sobre que no es particularmente una banda grande, pero parece que ha adquirido cierto seguimiento muy pequeño pero muy comprometido. Es muy extraño pero siento que he conocido fácilmente otras cinco personas nada más por conocer esa banda y es muy gracioso. Hasta cierto punto siento que es casi como algo del screamo que siempre adquiere este estatus.

J: Gran seguimiento, como de culto.

JD: Ajá, y que parece estar destinado a ser un género de culto. Es gracioso ver como casi siempre las mejores bandas de screamo siempre tienen siete canciones y un EP, y están enterradas completamente. Siento que tienen un ciclo de vida muy particular.

J: Sí, creo que es poco rentable. Supongo que las bandas no pueden sostenerse siempre y probablemente es como ser realistas. Es como decir “bueno, creo que no puedo tocar con esta banda veinte años y esperar mucho de ella”. Bueno, al menos eso es lo normal, pero aparte que son géneros como emotivos pues son como por así decirlo “descargar y ya me siento bien”, como por así decirlo.

Me parece muy interesante Te Lloraría, además de que fue como muy corta pero tienen un material muy sólido y consistente de los pocos EP que hicieron. En el emo en español, incluso en el europeo diría yo que, en general, es muy bueno. Como Viva Belgrado que es una banda que me parece también bastante buena y, no sé, hay muchas bandas, también latinoamericanas que buscan cantar en inglés y todo este tema pero es como monótono y no tiene tanta sustancia es mi opinión.

JD: Sí, incluso siento que éstos últimos años, ha habido artistas latinoamericanos con un mayor interés de explorar el idioma español, que siento que era algo que no ocurría y eso también se me hace muy interesante de su proyecto. Generalmente las bandas intentan meter el español en estructuras anglosajonas, en cuanto a cómo se canta y cómo se enuncian las palabras, y siento que el screamo permite, chistosamente, romper un poco más esos esquemas ¿han sentido como mayor libertad de experimentar con el contenido lírico en el género?

J: Si soy honesto la banda que tuve con Orlando, sí fue una banda en la que nosotros depositamos esta esperanza más particular en tener cierto alcance. Fue esta banda que en algún punto como que nos propusimos “mira, vamos a hacer un proyecto que va a ser sólido como para lograr ciertas metas” y siento que sí hicimos música con la que estamos orgullosos pero como que no llegó a mucho, incluso en un punto fue como “bueno, supongo que este es como un poco el tema de hacer música en español”, que a pesar de todo tiene una audiencia más específica.

Cuando empecé con Mil Ataris, realmente no pensé en que tuviese una audiencia porque pensé “bueno es como screamo y en español” y pensé que por todos lados iba a ser más percibido como una broma o algo como hecho a los golpes, como algo demasiado loquito. Y en ese momento estaba grabando mucha música y estaba como usándola de una manera muy terapéutica, como buscando un descargue emocional, expresivo y como que nunca pensé tanto en “esta canción tiene que ser como más pegajosa que otra”, necesariamente.

Obviamente hay una misión de hacer buenas canciones, pero no es un tema de que “oh bueno, que quiero que suene como esta canción, que va a tener vocales en español gritadas y va a ser increíblemente exitosa”. Es un poco loco, creo yo, siento que hay una popularidad en el género muy loca últimamente y que ha habido como un resurgimiento de emo a nivel de hardcore que es muy loco.

JD: Creo que mi primer golpe en cuanto a eso fue hace unos meses, tal vez los conozcan, son peruanos, se llaman Fiesta Bizarra, igual de screamo.

O: Sí.

JD: Vinieron acá y también se me hizo interesante ver cómo llenaron el recinto en el que se presentaron. Yo ya estaba muy acostumbrado a que el screamo es esta cosa que apela solo a un par de personas y realmente no, realmente si estos últimos años se disparó bastante la popularidad.

S: Yo creo que eso también se debe al factor RateYourMusic, creo que eso ha hecho que mucha gente de distintos países descubra bandas muy locales o underground y se haga eco en Bandcamp y online.

J: Hay como un interés de gente joven de nuevo. Como que siento que en un punto el indie rock murió a partir del 2016 al 2020, por decir algo, como que el hip hop era un poquito más popular y ahorita siento que hay gente más joven interesándose por cosas como “mira, esta banda autogestionada, por gente como yo”, ¿sabes?

Incluso en sus países, pues en Perú hay una escena super movida por lo mismo, hay un interés de generaciones más jóvenes aún por lo menos.

JD: De hecho, asumo que una parte considerable de la gente que los escucha los descubrió en línea justo por la naturaleza de la banda, ¿cómo ha sido su experiencia como navegando eso en cuanto a apoyo en línea?

J: Realmente en internet, es loco, el nivel de alcance. Hay cosas como que me propuse en punto que se lograron con este proyecto, como sacar cosas en físico, conocer gente. ese tipo de cosas se lograron. Es un sentimiento extraño porque al menos en nuestra inmediatez, al menos hablando de Venezuela y de nuestra movida local, no existe nada similar en nuestro país. No hay muchas bandas explorando este sonido, realmente el circuito de toques es bastante limitado en comparación a incluso Colombia o Argentina. En general es como un esfuerzo aquí, que sin importar qué tan profesional o qué tanto dinero le metiste a tu proyecto, es muy difícil ver algún tipo de recompensa detrás y verlo en remuneración o el número de gente que asiste a los shows. Entonces aquí aún no hay una escena en la que haya mucha mucha gente involucrada, en mi opinión.

Por lo menos es un poco extraño porque Venezuela creo que es como el sexto país donde más nos escuchan, por decir algo. En Spotify, si pones la lista de países, Estados Unidos es el número uno que tiene dos mil oyentes del proyecto. Y obviamente hacemos toques y los organizamos, y nos encanta, pero este tema de que aquí, nuestra audiencia no llega a las 100 personas. Este tema que parte de lo que es extraño de la banda es que este following online hace que sea imposible trasladarlo a la vida real como en recursos, como que el gasto de ensayar, de mantener instrumentos. Todo eso termina haciendo que la labor sea más por amor, como el hecho de inspirar a gente a hacer su propia banda. Pero bueno, es como algo que ya esperábamos por ser una banda de screamo.

O: Yo a eso pienso que también nos agarró de cierta manera un momento complicado en el país, porque además de obviamente toda la situación conocida a nivel mundial sobre Venezuela, sumada con el panorama musical de acá y cómo se fue lentamente destruyendo después de, no sé, como 2015 o 2016 y la situación del país llegó a un pico de gravedad, siento que eso hizo que mucha gente especialmente gente de nuestra edad que podían estar interesadas en este tipo de propuestas, abandonaran el país. Y no solamente eso, sino los pocos medios que habían para organizar toques locales o para ir a tocar festivales o por cualquier movimiento que pudiera ayudar a darle más crecimiento a este proyecto quedó casi completamente desvanecido y eso ha sido algo que nos ha costado de cierta manera asociarnos a lo que vemos también en las redes, que en las redes el apoyo ha sido enorme o sea realmente ha sido el más grande sin alguna duda, pero el trabajo aquí, de buscar conectar con una audiencia más allá de que el género sea nicho, que obviamente lo es, es complicado por el mismo hecho de que bueno la situación está complicada.

Yo creo que ahorita quizás se está levantando otra vez un poco y están empezando a salir algunas cosas nuevas que están dándole un poco más de ánimo a lo que pueden ser proyectos musicales un poco alejados de algo más pop o algo más indie o algo más comercial. Eso ha sido lo que más nos ha costado asociar al crecimiento online pero afortunadamente ha tenido buen recibimiento.

JD: Me dio curiosidad, en cuanto a espacios para tocar ¿hay variedad?

O: En uno de esos lugares que hemos frecuentado últimamente, no de Mil Ataris, pero de otra banda, donde de hecho también tocamos Juan y yo, fuimos a contactar al dueño para ir cuadrando toda la logística de organizar un toque hablamos con él y yo le pregunté lo mismo, porque él es un señor que tiene tiempo tocando, y pues tiene una banda de punk que tiene muchos años activa aquí en Venezuela, le pregunté como para ver qué pasaba. Y yo también conozco algunos lugares, nosotros también tenemos tiempo tocando o investigando sobre lo que está pasando acá, pero la conclusión a la que llegamos es que lo que hay aquí ahorita son básicamente restaurantes y lugares que no son destinados específicamente para bandas, sino locales que son restaurantes o bares que ya tienen, de cierta manera, una clientela, le ponen el añadido de que ahora puedes venir a ver una banda también y tal, que no está mal, pero no es lo mismo a que tú vayas a ver una banda tocar en un venue, una cuestión que está destinada para un show, sino de que tengas que verlas en un restaurante, donde sabes que mucha gente está sentada. En ese aspecto es muy difícil, quedan muy pocos lugares y tenemos que poco a poco ir activando más.

JD: ¿Han habido proyectos, que puedan mencionar, que despierten como esa esperanza en cuanto de que puede existir como una escena más sólida?

J: Por lo menos Sebastián, que está aquí, tiene una banda que empezó hace poco llamada Ravahil y hasta ahora están tocando. No han grabado nada aún, pero por lo menos considero que va a estar cool. Hay un proyecto de folk también que lo lleva un amigo, bueno, alguien que conocimos a raíz de su proyecto porque lo contactamos, pero que resulta que también le gustaba Mil Ataris y tiene un proyecto de folk increíble que se llama Las Líneas de Nazca.

Dentro de los mismos integrantes de Mil Ataris, que han pasado por la banda y que están ahorita, hay proyectos. Por lo menos, jorge andrés, qué es esta banda de la que también formamos parte con él, es un proyecto como de bedroom pop increíble que también siento que merece mucha atención. Javier, que fue como nuestro primer guitarrista, tiene un proyecto llamado Bolas Criollas que también es muy cool, este es como American Football y es muy bueno, solo que tiene como tres track, pero bueno, poco a poco.

Definitivamente hay cosas pasando. También están buenos los proyectos de música más electrónica, por ejemplo. Acá hay mucha música electrónica, en parte, creo yo, porque es difícil acceder a instrumentos. Por ejemplo, Orlando tiene un proyecto de ambient llamado Upon, muy recomendado, pero es un género más contemplativo. Tenemos otro amigo llamado Kai Tak que también hace música con muchos sintes modulares y es super cool y siento que tiene más variedad en cuanto a soundscapes, por así decirlo. Si buscas siempre hay música buena solo es el tema de que no hay como una infraestructura que permita que sea más fácil acceder a ella o participar por así decirlo.

milataris1

JD: Sí claro, bueno y justo va a ser en una semana el último show.

S: Justamente en una semana. [Se celebró el 7 de Junio de 2024, en La Quinta Bar].

JD: ¿Hubo alguna razón por la que decidieron finalizar el proyecto?

J: Creo que se está volviendo un poco frustrante navegar contra ciertas cosas o circunstancias. La banda ha sido un proyecto que ha cambiado constantemente de integrantes y dentro del tiempo que hemos tocado, hemos podido tocar fuera de nuestro estado, cosa que ya era medio difícil hacer para las condiciones en las que está nuestra escena y ese tipo de vainas. Nuestro baterista actual se iba a ir del país en agosto y de alguna manera pensé sobre si aún estoy interesado en hacer el sonido que ya hicimos.

Más allá de eso, siento que estamos satisfechos con el proyecto. Al menos hablando por mí, siento que si hicimos algo positivo fue echarle bolas a tocar y si salen bandas inspiradas por eso y, al fin, algo distinto, pues genial. Si hay algún tipo de legado o memoria, fino, pero es como que bueno, ya lo que pudimos hacer lo hicimos y en mi opinión, está bien.

JD: ¿Tienen planes a medio, largo plazo en cuanto a la música que están trabajando ahora?

J: Ellos tienen proyectos que sí.

S: Ah bueno, sí, de hecho, fue muy curioso todo porque yo conozco Juan y ver a alguien local haciendo ese tipo de música, que capaz y nada más pensabas que se hacía en Estados Unidos, puede ser screamo o midwest o lo que sea, y ver que tipo hay alguien aquí en tu misma tierra que está tipo conectando con la misma música, te anima, es lo que tú decías antes, de dejar un legado o algo así. Creo que al fin y al cabo la mayoría de la escena o las bandas que están surgiendo comparten integrantes o por lo menos se conocen de alguna u otra manera y eso es como una semilla que como que se va regando de persona a persona y creo que este proyecto que recién tiene tres meses que es Ravahil tiene tiene cosas de Mil Ataris inconscientemente, porque fue como este año que se me prendió la chispa de decir “voy a hacerlo”, no de subir, pero de conseguir gente que mostrarle canciones y decirle mira vamos a montar esto.

Es un proyecto que tiene influencias de American Football pero es un poco más tipo Spinetta. No es tan screamo, pero sí es eso, como animarse a la propuesta y ver qué sucede. Lamentablemente la situaciones del país no te permiten tener un plan o una aspiración muy fija con un proyecto, pero sí es como” bueno vamos a ver qué sale de aquí” pues.

O: Últimamente, a raíz de todo lo que hemos estado discutiendo Juan y yo sobre el panorama musical aquí específicamente en Caracas, pero que también aplica a todo el país, porque si en la capital es como es sea podemos imaginar como es en el interior otros estados que no tienen el nivel de posibilidades de lugares para tocar o público, generalmente infraestructura, yo me he estado orientando más a un proyecto de electrónica que se llama Upon que comenzó el año pasado en noviembre.

Tenía unas ideas ya de su tiempo, pero bueno, el primer lanzamiento fue en noviembre y he tenido un par de presentaciones. A mí me interesa seguir mostrando el proyecto, primero, porque es muy nuevo, segundo también porque de cierta manera lo veo viable en el sentido de que quizás no necesito demasiado para lograrlo.

Quizá de cierta manera es un poco… no quiero llamarlo triste, pero tener que pensar en que los recursos que uno necesita para llevar a cabo los proyectos que uno tiene, de cierta forma, uno mismo decir “okay, bueno como este proyecto es más sencillo es más viable solo monetariamente o económicamente, pero de llevar a cabo no necesito una banda que quizás se pueda ver sujeta que algún miembro se vaya eventualmente o que algún miembro no pueda seguir por la razón que sea”, es completamente entendible, pero al final yo lo sigo haciendo porque lo hago igual, no puedo básicamente dejar de hacerlo. Lo hacemos por gusto y pues me ha llamado la atención últimamente la idea de buscar algo un poco más experimental, quizás, o algo que no sea con este mismo proyecto de ambient, llevarlo a algo más experimental, pero algo que de cierta manera sea como más libre, menos predispuesto. Puede ser de alguna manera una continuación del espíritu de Mil Ataris

milataris3

[Se cortó la llamada y volvimos a abrirla].

J: Bueno, ¿han visto alguna película interesante últimamente?

JD: Lo último que fui a ver fue Furiosa.

J: Yo estoy intentando ver una película llamada Problemista, pero no le he agarrado el chiste.

JD: Sí, realmente si no he visto muchas películas, me encanta, pero sí me ha consumido la universidad y esto de las entrevistas.

J: Orlando, continua.

O: Bueno, no quiero sonar demasiado pesimista en todo lo que digo, pero de alguna manera dentro del panorama que tenemos complicado, hay algo muy positivo sin duda alguna y es que hay actividad musical porque todos de alguna manera queremos seguir haciendo algo y fino si crece. Quizás en algún otro momento haya espacio para para poder seguir bien sea con Mil Ataris o con otro proyecto nuevo con una propuesta similar, pero en general, no quiero sonar demasiado pesimista, sino poner un poco en contexto la situación en la que se tomó la decisión de dejar Mil Ataris, de cortar la actividad y cerrar el libro.

JD: Que por cierto, ¿cómo fue el proceso de trasladar lo grabado en álbumes a shows en vivo?

J: El primer paso fue conseguir a músicos más talentosos que yo. Ese es el secreto mayor, conseguir músicos más capaces que uno mismo. Porque yo soy, voy a ser honesto, soy muy desastroso en cuanto a mi organización de todo y mis canciones son cosas que grabé y nunca más toqué. Estuve cuatro horas intentando componer, lo hice, salió bien y ya, yo decifrare cómo se toca en el futuro. Es como una tarea.

S: Sí, lo puedo confirmar.

J: En realidad, siento que como nunca tuve una intención comercial o al menos no tuve una intención masiva, yo realmente nunca me preocupé mucho por tener los arreglos en vivo ni nada por el estilo. Así que mucho el proceso ha sido realmente, “bueno, ¿qué canción vamos a tocar?” “okay, esta”. Si recuerdo el riff es genial porque es como un poco más fácil sacarla, pero es casi como hacer el arreglo de nuevo de la canción básicamente porque muchas de las canciones tienen bits, por ejemplo, en vez de tener una batería como acústica por ejemplo el baterista tiene que escuchar el el ritmo y dice “bueno, así lo traslado a la batería”. Por ejemplo Sebastián es como un niño prodigio en la guitarra y yo como no recuerdo le digo cómo “por favor, escucha esto y utiliza tus superpoderes” y él utiliza sus superpoderes, y decide que hay que tocar.

Orlando también es así, de hecho, Orlando ha tenido una influencia enorme en el proyecto porque él ha sido la única persona que alguna vez me ha dicho con confianza como “oye, esto suena terrible por favor hazlo bien” hasta que yo lo hiciera hacer bien y en parte, lo digo desde el amor más sincero, porque es como esta cuestión de que Orlando ha sido como la persona que ha hecho que mi mente loca sea funcionar a la hora de plasmar algo y esa mezcla es lo que hace que Mil Ataris tenga algo de sentido porque si no sería un desastre, sería como muy desastroso.

O: Justamente quería hablar porque cuando tú mencionaste que todo lo hacías como… lo hacías y ya, creo que eso a mí me me cambió también mucho el chip, porque yo de cierta manera quería ser este de “producir el álbum mejor producido de la historia de la música independiente” o lo que sea, pero creo que el mindset de hacer y ya, de cierta manera dejar ir un poco y dejar de perseguir tanto la perfección en las cosas, es algo que por lo menos a mí me ayudó mucho y yo no tenía esa perspectiva antes y de hecho por lo menos yo, a nivel de influencia, no vengo como de un background específicamente tan DIY, por ejemplo, o por lo menos de algo tan bedroom. Entonces para mi fue interesante tener esta nueva perspectiva, que ha sido un impacto positivo, no solo para mí, sino para la gente que escucha también la música y que de cierta manera conecta con eso, que pasa a ser algo que suma en vez de restar, como quizás yo lo podía ver antes que escuchaba algo que Juan había grabado y yo decía “resto eso” porque estaba muy crudo. Yo creo que al final ambos hemos cambiado hacia una visión compartida y la cuestión ha sido sin duda positiva.

S: Eso también que comenta Orlando, es lo que a veces me preocupaba mucho, lo que hablas de los recursos de que “mira no puedo grabar esto porque esto está sonando mal” o “esto tiene que sonar muy bien en la mezcla” o “esto tiene que estar”, y es hacerlo con lo que tienes y puede que salga bien y no te tienes que preocupar en en la perfección o en hacerlo super producido, o que no te pelees tocando lo que sea sino es como que” hazlo mejor que puedas, pero hazlo”. Lo importante es que lo hagas y que no te pongas trabas de que esto no está listo, si no nunca vas a terminar de hacerlo.

milataris2

JD: Y justo que dicen que mucha gente entró y salió del proyecto, supongo que eso siempre fue cambiando mucho la dinámica de cómo hacían las cosas y de cómo se componían los álbumes.

J: Bueno, al menos a nivel de composición, como banda nunca llegamos exactamente a ese punto. Sobre todo lo que se ha complicado más son siempre que se reducen los recursos y cómo grabamos algo. Por ejemplo, una de las cosas que a mí también me hizo tomar la decisión de decir cómo “debería haber un alto” es que la discografía del proyecto es vasta, ya hay como más de ochenta canciones en Bandcamp, solo de ese proyecto en los últimos dos años, que siempre lo he hecho con los mismos recursos, con mi laptop, muchas veces dependiendo de bateristas. De alguna forma se vuelve repetitivo y es este tema de que a mí no me gustaría seguir con el proyecto por este sentido de deber, porque al final si la música se vuelve una carrera o no para alguno de nosotros, no es nada que va lograr manteniendo Mil Ataris unido por treinta años haciendo el mismo álbum una y otra vez.

En mi opinión si en algún punto todo apunta a que podamos hacerlo con más recursos o grabar como una banda, genial, porque realmente con la banda en vivo muchas veces lo que ha sido es más como de arreglos y de tocar las canciones que yo compongo, no ha habido canciones con la participación directa de toda la banda porque es difícil grabar baterías, porque necesitan bastantes micrófonos.

Pero de alguna manera, a mí me gusta mucho cuando grabamos los shows en vivo. Por lo menos, tenemos dos, el Basquiat Hardcore y sad anime mixtape, y al menos Basquiat Hardcore fue como el primer show que tuvimos y tiene tiene todo. Es cool escucharlo, en ese sentido, como la primera encarnación en vivo. Ya para el sad anime mixtape ya pasamos por dos lineups y de alguna manera también siento que tiene su solidez y sus contras, porque, por ejemplo, otra guitarra siempre añade otra textura.

Por lo menos para este último show esperamos poder grabarlo en video y en audio, para poder también sacarlo porque a pesar de que tal vez no estemos todos en el mismo proceso de composición, en vivo siento que la personalidad de cada uno de los integrantes de alguna manera sale y complementa. Realmente yo no me siento una persona particularmente posesiva en cuanto a las canciones porque siento que nunca las vi como tan cuadrado y al menos a mí me gustó mucho que cuando nos íbamos a montar en vivo, siempre hay como este tema de qué opina cada uno y de qué se quiere apostar o cambiar en la canción. Todos tenemos la intención de que se haga lo mejor posible en vivo y eso de alguna manera cambia la identidad de la canción de muchas maneras porque yo no soy un músico que tenga como los chops en ciertos campos como lo tienen ellos.

JD: ¿Cómo ha sido esta experiencia previo al último show?

J: Yo siento que es de estas cosas que hasta que no ocurran como no te cae el peso, porque es como muy fácil decir “no bueno, solo voy como a pausar esto” y tal, pero obviamente ha sido más de un año en nuestras vidas que hemos compartido tocando shows al menos cada dos semanas o cada mes. Siento que para mí fue un outlet muy grande, en un momento muy deprimente de mi vida y de alguna manera me alegra que que no se mantuvo como eso sino que evolucionó a ser esta memoria super alegre de cómo de alguna manera mi amistad con estas personas hizo que este proyecto evolucionara y creciera y se mantuviera. Ciertamente es muy loco, por ejemplo, en Colombia escuchamos a chicos más jóvenes que nosotros que nos escuchan y nos dicen como que “oh dios mío, vengan a Colombia” y yo pienso de que “qué loco que haya gente tan joven escuchándonos”. Ciertamente voy a llorar en el show, seguramente va a ser emotivo.

Siento que es lo bueno y lo bello del arte. De todas estas cosas, que este puede ser nuestro primer proyecto exitoso de muchos como puede ser el único, pero el hecho de que haya ocurrido y se mantenga y no es como que vamos a borrar Mil Ataris de internet. Como que si hay gente interesada por ver videos en vivo, toda la música seguirá ahí, y bueno, ojalá en algún momento el mundo nos de las condiciones para reunirnos y poder hacer giras, eso sería increíble. Obviamente no, pero al final ya hicimos nuestra misión y es nostálgico, pero es hora de de avanzar creativamente y a nivel personal.