Entrevista con Scott Cortez
Por: Los Junk Dealers
Junk Dealers: Hola Scott, antes de empezar, ¿cómo estás hoy? Aquí hace frío y hay mucha lluvia. De hecho estoy escribiendo esto bajo dos cobijas.
Scott Cortez: Bien, gracias. Aunque eso suena bastante acogedor: lluvia y mantas. Siempre siento que el clima marca la banda sonora del día, que ciertos álbumes encajan mejor con el cielo gris.
JD: Recuerdo haber leído que estabas montando tu estudio casero a inicios de este año, ¿cómo va eso?
SC: Está tomando forma, poco a poco. No creo que nunca termine. Es como un pequeño laboratorio extraño: un montón de pedales, pletinas de casete, cosas que he coleccionado. Me gusta tener todo a mano para poder coger algo y hacer ruido sin darle demasiadas vueltas. Sigue siendo un trabajo en progreso, como todo lo que hago. Quería que pareciera más un laboratorio que un estudio tradicional, solo un montón de pequeños instrumentos táctiles, pedales y pletinas de casete al alcance de la mano. Hay algo mágico en tener un espacio que se siente como una extensión de tu mente, donde puedes coger un instrumento o grabar un disco al instante sin pensar demasiado en las cadenas de señal ni en el equipo.
JD: Han sido más de treinta años desde que empezó Lovesliescrushing así como el shoegaze en sí y eso puede ser complicado de mesurar para mi generación con esta nueva ola al inicio de la década. ¿Qué sientes sobre esta nueva ola de shoegaze ahora que vamos a la segunda mitad de la década?
SC: Es surrealista ver cómo algo que antes parecía tan nicho se convierte en un lenguaje global. En aquel entonces era algo muy casero y underground: muchos intercambiábamos casetes y buscábamos la manera de conseguir ese sonido con artículos de segunda mano. Ahora, existe una enorme red de artistas que lo mantienen vivo, lo transforman, lo fusionan con el dream pop, el metal, el ambient e incluso el hiperpop. Me encanta que el género siga regenerándose. Cada ola aporta su propia perspectiva. El shoegaze se siente menos como un período en la historia de la música y más como un estado mental.
JD: Considerando esto, tus proyectos me parecen interesantes porque definitivamente son parte de una época en la que el "sonido shoegaze" no estaba tan estandarizado como lo está hoy en día, así que eran, en todo el sentido de la palabra, proyectos muy experimentales, aunque el MidiVerb II fue una herramienta muy fundamental en tu proceso creativo y para muchas otras personas en el género. ¿Alguna otra herramienta o acercamiento se ha vuelto importante para tí recientemente?
SC: Sí, el Midiverb era como la caja mágica. Ahora voy en la dirección opuesta: vuelvo a las grabadoras antiguas, los magnetófonos, los dictáfonos. Me gustan las cosas rotas, los pedales baratos, las cosas que le dan un toque especial. Con las computadoras puedes hacer de todo, lo cual es un poco abrumador. Cuando estás limitado, acabas descubriendo accidentes afortunados. Eso me emociona más. Las "nuevas" herramientas que más me entusiasman suelen ser las que me permiten destruir y recontextualizar el sonido: dictáfonos baratos, radios o incluso micrófonos telefónicos. El peligro de lo digital reside en la infinidad de opciones; la magia surge cuando te acorralas.
JD: Conozco artistas que usualmente no reaccionan de la misma manera a su música como lo hace su audiencia pero, ¿a veces no entras en trance con estos paisajes sonoros tan inmersivos y oníricos mientras los haces? Siento que yo estaría ahí por horas.
SC: Todo el tiempo. Gran parte de mi proceso consiste en perderme en el sonido hasta que olvido que estoy grabando. Reproduzco una frase o un zumbido y lo escucho durante horas, dejando que transforme mi percepción. Los mejores momentos son cuando dejas de "trabajar" y la música se convierte en ese ambiente que te rodea. Esos son los momentos que busco.
JD: Lovesliescrushing recientemente se volvió parte de Numero Group, también. La disquera sale al tema frecuentemente en nuestras entrevistas porque su archivo parece ser muy relevante para mucha gente actualmente, supongo. Pero honestamente no esperaba que LLC se volviera parte de esta. ¿Cómo sucedió?
SC: Numero nos contactó porque les interesaba documentar los inicios del shoegaze en Estados Unidos y veían a Bloweyelashwish como una pieza clave. Tienen un enfoque archivista increíble de la historia de la música que nos pareció perfecto. Siempre me han gustado los sellos que tratan los álbumes como si fueran artefactos, y Numero pone muchísimo cuidado en la presentación. Ha sido un momento surrealista y transformador ver cómo esta música que grabé en habitaciones con equipos prestados recibe ese trato.
JD: Has declarado antes que el 90% de Xuvetyn fue hecho antes que Bloweyelashwish, ¿por qué salió después?
SC: Xuvetyn era demasiado extraño para un primer álbum. Es más abstracto y ambiental, así que pensamos que Bloweyelashwish sería una mejor introducción. Pero en realidad, son hermanos. Ambos álbumes surgieron de las mismas sesiones, de la misma neblina de ideas. Siempre me interesó difuminar la línea entre "canción" y "textura", y Xuvetyn fue la inmersión más profunda en eso.
JD: Mi CD de AVANIUM es una de las cosas más geniales que tengo. Estos eran hechos a mano y venían con un recorte distinto de un pájaro cada uno. ¿De donde salieron estos recortes?
SC: Todo fue ensamblado a mano con viejas guías de campo de aves y libros infantiles que coleccioné en tiendas de segunda mano. Cada CD era una pequeña obra de arte, y me gustaba la idea de que cada copia fuera diferente, como un talismán. Fue tanto un proyecto de collage como un lanzamiento musical.
JD: En 1997, en el Projekt Fest de Chicago, una chica no pudo entrar a tu show por ser menor de edad. Dijiste que si lograbas contactarla le mandarías un cassette del show y más cosas. ¿Volviste a encontrarla?
SC: Nunca lo hice, por desgracia. Siempre tuve la esperanza de que, de todas formas, encontrara su camino en la música. Era la época de enviar casetes por correo a desconocidos y amigos por correspondencia; todos estábamos conectados por cartas y fanzines. Hay una parte de mí que todavía extraña ese misterio.
JD: Alguna vez en 2011 dijiste haber perdido todo lo que tenías en una Mac o un disco duro, creo. ¿Todavía recuerdas qué tipo de cosas tenías ahí?
SC: Sí, fue devastador. Perdí una década de bocetos, tomas descartadas y álbumes inéditos. Algunos de esos sonidos solo existían en ese disco. Pero intento no darle vueltas; la pérdida puede ser un extraño impulso creativo. Me hizo centrarme más en el presente, en hacer música que se sienta viva en lugar de perfecta o preservada.
JD: Alguien me contó que ese mismo año habías participado en una compilación japonesa con nombres como Kevin Shields. ¿Se lanzó ese proyecto?
SC: No, se esfumó. Aún conservo la pista. Quizás se escape algún día.
JD: Uno de tus proyectos que nunca veo mencionados y que se me hace súper interesante es la "colaboración padre-hijo de estudios difuminados de piano", Aurian. Eso debió de ser algo especial. ¿De dónde salió la idea?
SC: Eso fue simplemente grabar a mi hijo tocando el piano y luego hacer loops y experimentar con él. Él tocaba sin preocuparse por las "canciones", y yo simplemente capturaba su crudeza. Se convirtió en un mundo nebuloso propio. Muy especial para mí.
JD: Tu hijo también te regaló una camisa de Akira y tienes una figura de Kaneda (yo tengo la de Tetsuo!)...aquí puedes escribir lo que quieras de la película, solo me gusta leer lo que la gente quiera decir de eso. (A mí siempre me ha fascinado todo lo del "efecto hipersónico" que usa el soundtrack).
SC: Akira me dejó alucinado de niño; era como ver el futuro. El diseño de sonido sigue estando adelantado a su tiempo; es esta banda sonora primitiva, percusiva, casi ritualista, la que se siente viva. La ciudad se siente como un organismo vivo. La persecución en bicicleta de Kaneda quedó grabada en mi mente para siempre. Creo que también moldeó mi fascinación por la textura y la atmósfera; el mundo de Otomo se siente táctil, crudo y onírico a la vez.
JD: ¿Hay planes para que regresen proyectos como Polykroma, Transient Stellar o Vir?
SC: Quizás. Me gusta retomar esas paletas cuando me parece oportuno. Vir, en particular, me parece algo inacabado.
JD: Estas siguientes dos preguntas me dan curiosidad hacértelas. Primero, si tuvieras un presupuesto enorme para desarrollar la música que quieras, ¿qué te gustaría hacer? Puedes decir una locura.
SC: Me encantaría construir una instalación enorme en un almacén o una catedral, con cientos de bucles de cinta y altavoces por todas partes, para que al caminar por ella se sintiera como estar dentro de una pieza musical viviente.
JD: Del otro lado, si volvieras a ser adolescente en 2025, ¿qué tipo de equipo buscarías primero?
SC: Probablemente solo un teléfono, una interfaz barata y un par de pedales. Quizás una grabadora rota. Aun así, iría a por las cosas rotas; no es el equipo, sino lo que haces con él.
JD: En mi investigación vi que subiste una vieja imágen tuya con el pie de foto "cuando tienes 21, no eres divertido". ¿Eres más divertido ahora? ¿Qué tanto has cambiado desde que empezaste a hacer esto? ¿Como ha cambiado tu acercamiento a hacer arte?
SC: Sí, creo que sí. En la foto tengo 21 años, pero hacía referencia a Ladytron. Me tomo la música en serio, pero ya no me tomo a mí mismo tan en serio. Antes era demasiado intenso. Ahora simplemente disfruto creando cosas, sin preocuparme si encajan en algún sitio.
JD: Muchas gracias de nuevo por estar aquí. ¿Algún comentario para tus fans ahí afuera? ¿Hay alguna oportunidad de que te veamos en México?
SC: Solo gracias, de verdad. Es increíble saber que la gente sigue escuchando después de todos estos años. Y sí, me encantaría tocar en México; sería un sueño.